La fabricación de todos los preservativos es bastante similar; para darles consistencia y calidad les añadimos estabilizadores, conservantes y agentes vulcanizantes. Durante este proceso, las sustancias químicas reaccionan con el látex y lo hacen más resistente y seguro y, además, hacen que resulte menos alergénico.
Para continuar con las siguientes fases, cada preservativo es comprobado de nuevo.
El látex es introducido en unos recipientes a temperatura controlada que contienen moldes de cristal en línea continua. Los moldes, al pasar por los recipientes, recogen una película muy fina de látex.
A continuación, el recubrimiento de látex se seca y, después del secado, los moldes se sumergen una vez más en los recipientes y vuelven a secarse.
Sin retirar los preservativos de los moldes, se introducen en un horno para vulcanizar el látex. Este ultimo paso completa el tratamiento químico y les da elasticidad y resistencia.
Finalmente, los preservativos son separados de los moldes, y se someten a un proceso de lavado y empolvado.
Los preservativos son almacenados durante 2 días para su maduración.
A continuación, tienen que superar varias pruebas electrónicas para comprobar que no tienen agujeros u otras imperfecciones. Si superan estos controles, una máquina se dedica a introducirlos uno por uno dentro de su envase unitario.
Los envases son cerrados herméticamente y sellados con un número de lote y una fecha de caducidad. Para comprobar que los envases son fiables y no tienen ningún defecto, se coge una muestra que, al igual que los preservativos, debe pasar unos controles.
Los preservativos Durex son introducidos en envases cuadrados y no rectangulares ya que se ha comprobado que es mejor, hasta el punto de que este hecho ha pasado a ser uno de los estándares de la industria.
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